Un grupo de fanáticos del parapente deciden poner en común su pasión por este deporte; para ello crean una prueba en la que diferentes corredores deben cruzar los Pirineos, atravesando balizas. Así nació la X-Pyr, prueba que tuvo lugar en su primera edición el pasado mes de agosto, y que durante doce días diferentes equipos (formados por piloto y asistente) salieron de la costa Cantábrica rumbo a la costa Mediterránea. MUND fue patrocinador de la prueba: todos los participantes llevaban nuestro modelo Running. Para saber cómo ha resultado la experiencia nos hemos puesto en contacto con Íñigo Redín, director técnico de esta primera X-Pyr.
Hola Iñigo! Después de tantos meses de trabajo planificando y organizando la prueba, ¿qué balance hacéis de esta primera edición de la X-Pyr, ahora que ya ha pasado un poco de tiempo?
Hola! Un balance muy positivo. Nos ha sorprendido a todos, tanto a la organización como a los participantes y al público que ha seguido la X-Pyr. Ha sido realmente emocionante ver cómo todo ha ido sobre ruedas. La verdad es que, para una primera edición, no creo que se pueda pedir mucho más. Es más, creo que serán difícil igualar las condiciones que se han dado este año.
Según hemos podido saber, el espejo en el que se gestó la X-Pyr fue la Red Bull X Alps. Para los que no estén familiarizados con la prueba, ¿puedes explicar en qué consiste?
La X-Alps es la “madre” de todas las pruebas de este estilo. Consiste en cruzarse los Alpes (más de 850 km de distancia) atravesando ciertos puntos (balizas), utilizando sólo como medio de locomoción el vuelo en parapente o las propias piernas de los participantes. No se puede circular con nada que no sea volar o a pie. Así que nada de bicis, patines y, desde luego, nada de vehículos a motor. Además, el piloto siempre lleva su parapente a cuestas, sea a pie o volando (donde es al revés; el parapente lleva al piloto). Y, por último, cada piloto lleva un sistema GPS mediante el cual tanto la organización como los espectadores pueden saber dónde está en todo momento.
En un artículo publicado en prensa hemos visto que algún compañero decía que cuando veíais un mapa de Pirineos la propia cordillera pedía a gritos que fuera cruzada a vuelo, compitiendo. ¿Por qué precisamente los Pirineos? ¿Qué hace a esta cordillera tan especial para la práctica del parapente?
El hecho de que la cordillera una dos mares la hace realmente atractiva. Además, es una zona emblemática en el mundo de la montaña, con la GR-11 como eje pirenaico, que es algo así como el Camino de Santiago del Pirineo. Para al mundo del vuelo es una zona muy señalada, no tanto por su extensión sino por su zona central. Esta zona tiene zonas de vuelo mundialmente conocidas, como Castejón de Sos, sede de algún mundial de parapente, por ejemplo.
En la X-Pyr un total de 20 corredores tuvieron que cruzar los Pirineos en parapente a lo largo de doce días. ¿Se podía volar durante toda la prueba?
Los participantes se organizaban en equipos y cada equipo estaba formado por el piloto (que era realmente quien competía, quien volaba y se pegaba esas enormes pateadas) y un asistente (que velaba por “su” piloto, teniendo preparadas las tácticas, comidas, lugar para dormir, ayudas, etc.). De los 7 días que duró la X-Pyr se pudo volar en 6 de ellos. En el primero, precisamente el que menos posibilidades de vuelo tenía por la orografía, finalmente no se voló, porque el tiempo era horrible. Así que ahora mismo podríamos decir que sí, se puede volar todos los días, pero esto no es lo mismo que volar durante toda la prueba. Los pilotos acceden a los despegues a pie. Aparte, cuando no se puede volar o no vale la pena recorren grandes distancias a pie.
Según hemos sabido, no había etapas marcadas. ¿Cómo se organizaba entonces la competición? ¿Cada participante era libre de dedicar el tiempo que quisiera para seguir el recorrido?
No hay etapas, ni recorridos preestablecidos, salvo la obligatoriedad de cruzar las balizas). Lo que sí hay es un tiempo límite al día para poder desplazarse. Hay un descanso obligatorio de 7 horas al día: entre las 22:30 y las 5:30 nadie puede desplazarse. Esto se controla gracias a que cada miembro de cada equipo lleva dos sistemas de posicionamiento GPS en tiempo real. Así que, todos sabemos en dónde está cada uno en todo momento. Luego, cada uno decidía su táctica: cuándo caminar, cuándo volar, cuándo descansar…
¿Qué equipo podían llevar consigo los participantes?
Hay una parte del equipo que es obligatorio llevar siempre encima: parapente, arnés de vuelo, casco, tfno. móvil, sistemas GPS… Pero, además, cada uno se provee de lo que crea necesario. Por ejemplo, algún piloto tuvo que hacer vivac a más de 2.000 metros. Aquí era muy importante la labor del asistente, que tiene que estar pendiente de las necesidades de su piloto y hacer que lleve siempre el menor peso posible.
¿Dónde se situaban las balizas que los competidores debían alcanzar?
La salida estaba en la playa de Hondarribia, en Gipuzkoa. Después iban a la baliza de Larrún, a 900 m. De ahí, al primer 2.000 del Pirineo (por el oeste), el Orhi. Luego, al Collarada, en Huesca, cercano a los 3.000 m. Después, rodeando el parque de Ordesa-Monte Perdido (está prohibido atravesarlo volando) deberían llegar al impresionante macizo del Cotiella, cerca de Benasque. Tras él, cruzando la famosa zona de vuelo de Castejón de Sos, al Pic de L’Orri, junto a Sort. Después, el último pico de la carrera, el Taga, cerca de Ribes de Freser. Y finalmente el monte sobre la meta de Port de la Selva (en Girona), Sant Pere de Rodes.
El recorrido que seguían los pilotos, ¿estaba marcado por la organización o era libre? En caso de ser libre, ¿ha habido algún percance, en el sentido de que algún participante se desviara de su ruta y se perdiera?
El recorrido venía marcado por la organización. Eso sí, sólo las balizas de paso, porque el camino entre ellas era absolutamente libre. Sí que había una serie de restricciones en lo que respecta al vuelo. Hay zonas en las que está prohibido volar. Y otras zonas en las que está prohibido superar cierta altitud. No ha habido ningún percance. Los participantes siempre han estado bien localizados. Si fallaba un sistema de localización (que funciona vía telefonía móvil), nos servía otro (que va por telefonía satélite), y, así, aseguras la cobertura.
¿Qué os ha parecido la acogida de público y participantes que ha tenido la prueba?
En cuanto al público, ha sido impresionante. Más de 4.000 visitas diarias a la web de seguimiento. El chat que hay en la misma reunía a más de 300 personas a la vez. Por todas partes felicitaciones y muestras de agradecimiento por animarnos a organizar esta competición. Se ha conseguido que la gente estuviera enganchada al ordenador para ver qué ocurría con los participantes, para seguir la carrera. Incluso gente que nada tiene que ver con el mundo del vuelo en parapente se veían arrastrados y enganchados al seguimiento de la X-Pyr.
¿Quién fue finalmente el vencedor?
El equipo ganador fue el formado por el piloto vizcaíno Iñigo Gabiria, junto con su asistente Iñigo Mendibil. Pero el final fue de infarto. Los últimos 50 km de carrera fueron un sprint a pie, sin descanso, agotador (tengo que recordar que el parapente lo llevan encima y pesa unos 12-13 kg). En ese tramo eran Iván Colás y Nacho Villafañé quienes lideraban la prueba, seguidos muy de cerca por Iñigo. Y en el tramo final, Iñigo se puso en cabeza, ganando la prueba por escasos 30 segundos. ¡Tras 7 días de carrera y 440 km recorridos!
Ahora una pregunta que seguramente será difícil de responder. Para los que admiramos la práctica del parapente pero nunca seremos capaces de lanzarnos a volar en él, ¿qué se siente estando allá arriba y viendo el mundo a vista de pájaro?
Je, je, es una pregunta muy típica y que tiene muchas diferentes respuestas, la verdad.
No es lo mismo lo que sientes cuando empiezas que cuando vas aprendiendo o eres un competidor de élite. Pero siempre está esa sensación de libertad, de no tener barreras, y poder ir hacia donde quieras. Cuando empiezas todo te resulta maravilloso y me atrevería a decir que no lo disfrutas lo suficiente, porque estás demasiado concentrado para hacerlo (todos recordamos cuando aprendimos a conducir, ¿no?). Luego vas subiendo el nivel y buscas nuevas metas; vuelos más largos, zonas más complicadas, etc. Quizás, los vuelos como los que se han dado en la X-Pyr son los más bonitos que se pueden hacer en el Pirineo, y seguro que hay muchos pilotos que estarán deseosos de repetirlos. Con la X-Pyr se da la paradoja de que el vuelo en parapente vuelve a sus orígenes. Nació como forma de bajar rápido de una montaña, y ahora volvemos a las montañas, aunque con otra filosofía: la de viajar y recorrer distancias impresionantes, que superan los 150 km.
¿Pensáis ya en una segunda edición de la X-Pyr?
Sí. Después de lo visto, es difícil no imaginarnos una continuación. ¡Si no lo hacemos, los aficionados se nos echarían encima! Sería en 2014, ya que la idea, al igual que la X-Alps, es que sea bianual (los años pares, ya que la X-Alps se celebra en los años impares). Por supuesto, tendremos que ir a más, más participación, mejores medios, etc. Así que ya estamos en ello! Y esperamos que Mund Socks esté junto a nosotros!
Íñigo, ha sido un placer contar con tus respuestas. Un saludo!
De nada, gracias a vosotros!
Si quieres más información de la X-Pyr, con artículos, fotografías y vídeos puedes visitar su web en este enlace.
Alucinante... El mundo a vuestros pies y calcetines. Felicidades por el éxito de patrocinio
ResponderEliminarMuchas gracias! La verdad es que el desafío fue muy guapo. Un saludo!
EliminarUFFF, aunque sea un deporte bonito para algunos yo ni parapente ni paracaídas, prefiero pisar fuertemente la tierra por si acaso,, gran trabajo, saludos.
ResponderEliminarAunque las fotos son espectaculares está claro que algunos preferimos verlas desde abajo! Eso sí, tiene que ser increíble contemplar el mundo desde tan alto. Gracias por comentar, Paco. Un saludo!
EliminarCerca de aquí, en Piedrahíta (Ávila) se celebra todos los años un campeonato de parapente al que acuden participantes del mundo entero. Hace unos años, en 2011, tuvo lugar aquí el Campenato Mundial de Parapente que saltó tristemente al candelero por haber fallecido en su transcurso un participante. Sin embargo, imagino que los alicientes de su práctica no detienen a sus fanáticos.
ResponderEliminarUn saludo
Conozco Piedrahita pero no sabía lo del campeonato de parapente. Qué pena lo del fallecido. Yo también creo lo que tú dices, que ni siquiera este tipo de tragedias detiene a los enamorados de este deporte. En los deportes de riesgo el que los practica asume que en ocasiones su vida puede correr peligro. Gracias por comentar, Carmen. Un saludo!
EliminarViajar y tener una experiencia de este deporte es fabuloso, y cuando se tiene la oportunidad d de practicar este deporte debemos aprovecharlo al máximo.
ResponderEliminarSaludos
Así es. Para MUND ha sido una gran satisfacción poder participar en el X-Pyr, apoyando a este gran deporte. Gracias por comentar. Un saludo!
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