Hace unos días un periódico nacional publicaba: “Ya es oficial: Lance Armstrong nunca ha existido”. El ciclismo aún sigue convulsionado por la que ha sido la noticia de mayor envergadura relacionada con el doping en el mundo del deporte; la del castigo de la UCI a Lance Armstrong desposeyéndole de sus siete tours y apartándole para siempre de cualquier vinculación con el mudo del ciclismo profesional. Jamás se había visto un castigo de semejante calibre en ninguna disciplina deportiva. El presidente de la UCI, Pat McQuaid, después de ratificar la sanción al ciclista americano y de anunciar que Armstrong “merece ser olvidado por el ciclismo” aseguraba con rotundidad: “este es nuestro primer paso en el viaje del nuevo ciclismo”.
Nosotros no hemos abierto esta entrada en nuestro blog para pronunciarnos sobre unos hechos que, además de haber sido comentados ya en todo el planeta, a la vista de todos están. Nosotros hemos abierto esta entrada porque nos emociona el ciclismo, admiramos el ciclismo y seguimos creyendo en el ciclismo. Y no nos parece justo que los casos de doping manchen a este deporte y a todos sus corredores por igual; pensamos que en estos tiempos difíciles que vive el ciclismo es momento de reivindicar el valor y el esfuerzo de todos los corredores limpios (profesionales y amateurs) que han hecho del ciclismo lo que es: un deporte grande.
Hace unos días subíamos a nuestro blog la entrada de Cerler en la Vuelta a España 88. Aquel día no ganó ni Laudelino Cubino ni Álvaro Pino, pero ambos nos emocionaron con su esfuerzo y compañerismo, y nos demostraron que aunque no siempre se gane, el ciclismo puede encarnar otros valores mucho más importantes que el triunfo final. Al fin y al cabo esos son los valores que debería encarnar el deporte. Por eso nosotros recordamos aquella etapa, y por eso nos gusta el ciclismo. No necesitamos imaginar un nuevo ciclismo; nosotros reivindicamos el ciclismo limpio, sano y competitivo, que es el que a todos nos gusta y que es un ciclismo que también existe.
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Nosotros no hemos abierto esta entrada en nuestro blog para pronunciarnos sobre unos hechos que, además de haber sido comentados ya en todo el planeta, a la vista de todos están. Nosotros hemos abierto esta entrada porque nos emociona el ciclismo, admiramos el ciclismo y seguimos creyendo en el ciclismo. Y no nos parece justo que los casos de doping manchen a este deporte y a todos sus corredores por igual; pensamos que en estos tiempos difíciles que vive el ciclismo es momento de reivindicar el valor y el esfuerzo de todos los corredores limpios (profesionales y amateurs) que han hecho del ciclismo lo que es: un deporte grande.
Hace unos días subíamos a nuestro blog la entrada de Cerler en la Vuelta a España 88. Aquel día no ganó ni Laudelino Cubino ni Álvaro Pino, pero ambos nos emocionaron con su esfuerzo y compañerismo, y nos demostraron que aunque no siempre se gane, el ciclismo puede encarnar otros valores mucho más importantes que el triunfo final. Al fin y al cabo esos son los valores que debería encarnar el deporte. Por eso nosotros recordamos aquella etapa, y por eso nos gusta el ciclismo. No necesitamos imaginar un nuevo ciclismo; nosotros reivindicamos el ciclismo limpio, sano y competitivo, que es el que a todos nos gusta y que es un ciclismo que también existe.