Tomar aire y expulsarlo, tan sólo
eso, absorber el aire y expulsarlo mientras se corre. Así de simple parece respirar en carrera, ¿verdad? Pues aunque
en un principio pueda parece fácil, respirar
y correr adecuadamente no es una cosa tan sencilla. Todos respiramos
mientras corremos, pero ¿cuántos lo hacemos bien? ¿En qué consiste una buena respiración para un corredor
que está compitiendo? ¿Se debe respirar
de forma natural cuando estamos en carrera o debemos cambiar la manera de hacerlo? Estas preguntas, que aparentemente pueden
resultar triviales, tienen más importancia de lo que parece, pues está
demostrado que una buena o una mala
respiración condiciona el rendimiento deportivo de forma notable. Veámoslo.
Músculos y oxígeno
Seguramente la respiración sea uno de los factores más olvidados en muchos
entrenamientos. Cuando tratamos de mejorar
como corredores casi siempre nos centramos en mejorar nuestra zancada,
nuestra velocidad o nuestra resistencia, pero, ¿prestamos atención a la
respiración? Seguro que menos de lo que deberíamos, ya que está demostrado que respirar bien es clave para mantener un ritmo de carrera constante.
Especialmente en las distancias largas,
una buena técnica de respiración
resulta determinante para poder rendir al máximo. Esto es debido a que en
carrera los músculos están sometidos
a un intenso esfuerzo, por lo que es
muy importante que reciban bien el
oxígeno. El óptimo funcionamiento de los músculos depende de ello, o lo que
es lo mismo, de una buena técnica de respiración.
Respirar adecuadamente
El ejercicio natural de respirar (tomar
aire por la nariz y soltarlo por la boca) no es el mismo ejercicio que requiere
la respiración de un corredor, pues
en muchos casos inspirar por la nariz no
resultará suficiente para absorber todo
el aire que se necesita. Un corredor tiene que repartir más oxígeno entre sus músculos, por lo que se verá
obligado a respirar por la boca en muchos
momentos de la carrera. No olvidemos que cuanto
más rápido vaya el corredor, más oxígeno necesitará, por lo que habrá un
momento en el que le nariz no baste para poder absorber ese oxígeno.
También es
fundamental coordinar la toma y la
salida del aire con las zancadas, establecer un ritmo constante y fluido de
respiración. Cada corredor deberá encontrar cuál es su propio ritmo, y el control de esa cadencia respiratoria se
irá consiguiendo con la experiencia. Si no se respira bien en carrera pueden
originarse alteraciones en el diafragma,
que se manifiestan en dolencias como el flato. En esos casos deberá reducirse la carrera y el esfuerzo para
que la respiración normal se reconduzca. Por otro lado, actividades como el yoga, el pilates o la meditación
ayudan a controlar y mejorar la técnica de respiración; combinar alguna de estas actividades con los entrenamientos
habituales de carrera puede ser un gran
complemento que ayudará a ser mejor corredor.
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