Independientemente de que un
deportista practique o no una disciplina de velocidad en carrera, es muy interesante que la velocidad se trabaje en algunos entrenamientos,
pues se obtendrán beneficios físicos
de ello. Bien trabajada y bien entrenada la
velocidad mejorará la carrera y la zancada del deportista, y además
permitirá introducir variantes en las
sesiones de entrenamientos, lo cual ayuda a salir de la rutina y a divertirse un poco más al entrenar.
Algunas ventajas de trabajar la velocidad
Los entrenamientos enfocados en
trabajar la velocidad son más intensos y exigen un mayor esfuerzo
físico, lo cual conlleva a su vez un mayor
desgaste calórico. Se queman más grasas y calorías, y esto trae de la mano
una reducción de riesgos de enfermedades
cardíacas a largo plazo. También se
trabajan más los músculos, lo cual provoca que éstos se fortalezcan y endurezcan: la masa muscular del atleta mejora y
los músculos se hacen más resistentes. Otro beneficio que se obtiene de los
entrenamientos que trabajan la velocidad es que el ácido láctico se aclara en los músculos, lo cual implica que se retrasa el proceso de fatiga y se reduce el riesgo de lesión del
deportista.
Manos a la obra
Para entrenar la velocidad el
deportista debe tener primero una base
de entrenamiento en carrera, de otra forma el cuerpo podría resentirse con
alguna lesión muscular. Asimismo, se debe contar con una buena forma física y usar unas zapatillas de calidad y específicamente diseñadas para ejercitar la
carrera. Es importante darse cuenta de que en este tipo de entrenamiento las articulaciones son más exigidas,
por lo tanto las zapatillas deberán estar bien preparadas para soportar el
impacto al que son sometidas: si no lo están, será nuestro cuerpo el que se resienta.
Algunos entrenamientos interesantes son las
series (se pueden plantear diferentes
series de velocidad, algunas cortas y explosivas y otras más largas y
ligeras), el fartlek (alternando
distancias y velocidades, con diferentes cambios de ritmo durante la sesión), o
las cuestas (muy interesantes para
trabajar los músculos de las piernas y la aceleración en carrera).
Una gran recompensa
Aunque al principio pueda implicar
un trabajo extra, introducir la
velocidad en los entrenamientos del deportista traerá recompensa en un
plazo medio de tiempo. Correr más rápido y con menos esfuerzo, recuperarse
mejor, tener menos problemas musculares, sufrir menos molestias, obtener mejores
marcas: todos estos beneficios se pueden obtener poniendo la velocidad en los entrenamientos.
¡Y además habrá nuevos retos a la hora de entrenar!
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