viernes, 27 de mayo de 2011

Los orígenes de Mund Socks (III)

Un futuro incierto en el Era de la tecnología

La situación crispante por la que atravesaba Pradoluengo no será subsanada hasta la Guerra Civil española, cuando la industria de la Villa aumenta su producción hasta cotas insospechadas. Las tropas sublevadas se habían hecho con el control de la zona y necesitaban imperiosamente la máxima producción posible de los terrenos que controlaban, por lo que exprimieron al máximo la industria de Pradoluengo y todas las que habían quedado bajo su domino (Extremadura, Béjar y Ezcaray).

La villa se convirtió en un gran taller. Las fábricas se adaptaron y produjeron calcetines, boinas, pasamontañas, jerseys y hasta mantas. Todo por una patria que ahora, y ante las necesidades de la guerra, se acordaba de ellos.

Tras la contienda civil la Villa se sumió en un proceso de decadencia, en el que sufrieron verdadera hambruna. No hubo posicionamiento civil, ni quejas reformistas, sólo silencio y miedo.  



Los años de posguerra fueron difíciles para un pueblo humilde, que no entendía de políticas y que se afanaba en la producción del calcetín. Con esmero se concentraron en la confección y comercialización de los calcetines, llegando a fabricar el 80 % del total que se vendía en España.

Actualmente no se escapa de las terribles consecuencias de una crisis, cuya suma de daños aún está por descubrir, pero a la que los pradoluenguinos hacen frente de la misma manera que han afrontado siempre los reveses de la vida: con dedicación, profesionalidad e incorporando tecnología de última generación para situarse en la vanguardia del calcetín técnico. Pradoluengo no conoce fronteras y sus productos se comercializan en los cinco continentes.
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miércoles, 25 de mayo de 2011

Los orígenes de Mund Socks (II)

La regeneración de la Villa

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por diversos factores que perjudicaron enormemente a la industria textil pradoluenguina, obligando a sus vecinos a emigrar para labrarse, en un algún lugar recóndito, un digno porvenir.

La saturación que provocaba el Río Tirón, generando hasta 31 saltos de agua en apenas 4 kms, obligó a los vecinos a expandir sus establecimientos hacia otros pueblos cercanos, como Santa Cruz o Villasur. Pero el agua no fue el único traspié al que tuvieron que enfrentarse.

Si la situación geográfica fue uno de los motivos para que en Pradoluengo surgiese y  floreciese la industria textil, en la Época Contemporánea la localización recóndita de su valle, y por tanto la falta de comunicaciones adecuadas, supondrá un auténtico obstáculo.

El Ayuntamiento de la Villa creó en 1855 una junta y solicitó que el proyecto de ferrocarril entre Burgos y las provincias vascongadas se trazase por la comarca del Tirón, facilitando así la comercialización de los productos de la región. Sin embargo, el tren nunca llegó a Pradoluengo y los vecinos tuvieron que seguir transportándose a lomos de una mula.

Durante las décadas de 1860 y 1870 la industria pradoluenguina sufre una profunda crisis. La nula renovación tecnológica, la carencia de una enseñanza específica, el abandono por parte de las administraciones y la permanente situación de caos del sector, fueron las crudas realidades que embistió la industria textil de Pradoluengo, mientras el país perdía (si es que alguna vez tuvo en propiedad) sus últimas posesiones en el mundo.

Pradoluengo deja de ser una de las industrias más importantes del país. Los trabajadores no podían afrontar el desempleo y emigraban en busca de trabajo estable. La mayoría se marchaba a Vizcaya, movidos por la proximidad geográfica y las altas posibilidades laborales. Pero otros, los más avezados, decidían hacer las Américas en busca del dorado. Cruzaron el charco sin miedo a naufragar y regresaron a casa años después con la cartera llena y un sombrero en la cabeza.



Las crisis de principios del siglo XX volverá a sumir a Pradoluengo en una profunda depresión económica. Pese a todo, la I Guerra Mundial resultó beneficiosa para la producción textil de Pradoluengo, ya que se comenzó a demandar y comercializar un nuevo artículo: el calcetín, que obligará a las asociaciones y compañías a requerir maquinaria especializada.

Se colocan los primeros motores eléctricos y a utilizar las máquinas automáticas, lo que generará un aumento del desempleo, que acarreará una bipolarización social, manifestada en un gran porcentaje de población obrera y un contingente menor de industriales y vecinos enriquecidos gracias a su viaje a las Indias. Las diferencias entre ambos grupos serán palpables y generarán una ideología moral, de la que no tardará en nacer grupos socialistas y sindicatos.
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lunes, 23 de mayo de 2011

Los orígenes de Mund Socks (I)

El comienzo
 
Los orígenes de Mund Socks se encuentran en la localidad burgalesa de Pradoluengo, ubicada entre montañas y rodeada por una profunda selva de pino albar. 
 
Pradoluengo está situada a unos 40 kilómetros al este de Burgos, dentro de la comarca de Montes de Oca y configurada por dos importantes núcleos: La Villa de Pradoluengo y Garganchón.  

Condicionada enormemente por sus características geográficas y su gélido clima atlántico representado en inviernos largos y fríos, Pradoluengo se dedicará desde sus inicios al trabajo textil, que abarcará más del 60 % de la actividad de sus habitantes.   
 
Debido a sus complicadas características geográficas y a las desfavorables condiciones de su clima, desde sus orígenes destinará sus mejores tierras a la producción de la planta textil de lino y, en un segundo término, al cuidado de pastos para el ganado lanar.
 
Pradoluengo, constituida como Villa desde 1720 por decreto de Felipe V, siempre se ha caracterizado por una importante industria textil y ya en el siglo XVIII se contabilizaba que el 60 % de la población se dedicaba al trabajo textil, concretamente a la facturación de bayetas, aprovechando los saltos del agua y la fuerza que originaba el río Tirón. 





Un siglo más tarde llega a la Villa el proceso de industrialización, que se enmarcará en la evolución que experimenta la industria textil castellana, destacando por la austeridad y el rechazo a la implantación de grandes fábricas de facturación. Pradoluengo nunca nadó en la abundancia, ni recibió las suculentas ayudas gubernamentales, pero supo sobrevivir en tiempos difíciles gracias a la humildad y el buen hacer de sus gentes.
 
De este modo surgen en el siglo XIX las Compañías entre varios socios, que supondrán un florecimiento de la industria textil, erigiendo nuevas fábricas de manufacturación donde se concentrará la producción local. Obligada por los veloces tiempos modernos Pradoluengo evoluciona hacia un futuro incierto, en el que los vecinos abandonarán sus talleres familiares para trabajar en los establecimientos creados por estas empresas.
 
Por aquella época cerca de dos terceras partes de la población se dedicarán a labores industriales. Pradoluengo experimentará un crecimiento interanual del 0.9%. Es el auge de la industria textil, la “fiebre constructiva” de un pueblo reacio a los lujos. De 1830 a 1850 proliferarán las Asociaciones de vecinos, así como la especialización, dando paso a fábricas destinadas al proceso de lavado, hilado, o abatanado.
 
La expansión es inmediata. Se pasa de la docena de bayetas en el siglo XVIII a las 120.000 varas en el XIX. Más de la mitad de la producción de toda la provincia de Burgos surgía en la Villa. Es el mayor núcleo industrial de la provincia, situándose junto a importantes centros de fabricación, como Antequera, Béjar, Cameros, Alcoy, o las poblaciones de Sabadell y Terrasa.
 
Sin embargo pronto comenzaron a surgir los primeros problemas. La bonanza de la industria pradoluenguina se topó de lleno con un gran inconveniente, con un elemento tan vital como inesperado y que marcará el devenir de sus días: el agua.
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lunes, 16 de mayo de 2011

Bienvenido al blog de Mund Socks

Mund Socks somos una empresa fundada en Burgos, Castilla y León, en el año 1989, especializada en el calcetín técnico, y que cuenta con una dilatada experiencia en el sector textil, ofreciendo siempre productos elaborados a precios muy asequibles.

Enfocados al ámbito deportivo, empleamos maquinaria de alta tecnología que nos permiten conseguir productos de máxima calidad, adaptados a cada situación y condición climatológica concreta.

Trabajamos y perfeccionamos la línea de trekking, esquí, ciclismo, equitación, patinaje, atletismo, fútbol, tenis, e incluso caza, aunque también tenemos una innovadora línea de ciudad y otra específica para niños.

Progresivamente en Mund Socks hemos ido perfeccionando los calcetines, empleando para ello tejidos de alta tecnología (como el Coolmax, Outlast, Schoeller, o Sensura), fibras especiales de última generación y tradicionales (Comfortrel XP, Thermolite, Lycra, Cordura, X-static, o PrImaloft), e incluso algodón orgánico.



















 Presente en los cinco continentes, Mund Socks contamos con distribuidores en más de cincuenta países y participamos anualmente en las ferias de textil más relevantes del sector, como la que se celebra en Munich. 

También patrocinamos y esponsorizamos a numerosos alpinistas y deportistas, que llevan a la empresa burgalesa a las cotas más altas del planeta, como sucedió el pasado 17 de mayo, cuando Isabel García, Roberto Rodrigo y José Luis Quintana hicieron cumbre en el Shisha Pangma, de 8.027 metros.

La calidad y especificidad de nuestro producto nos posiciona como una de las empresas más sólidas del sector textil, expandiéndonos año tras año y ofreciendo siempre el mejor resultado a nuestros clientes.  

En este blog encontrareis toda actualidad referente a Mund Socks: últimas noticias, actividades, sponsors, etc, ofreciéndoos la posibilidad de exponer las dudas o comentarios que surjan. Asimismo descubriréis un sinfín de espacios naturales, perfectos para la práctica del senderismo o el trekking.
 
Un espacio para el diálogo y  un refugio de la naturaleza…

¡¡¡Bienvenidos!!!

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