Bienvenido al blog de MUND, Rober. En la entrevista que hicimos a tu compañera Isabel nos decía que eres un apasionado de la montaña. ¿Recuerdas cuándo empezó esta pasión y cómo surgió?
Cómo no voy a recordar esos primeros pasos por las montañas del País Vasco con mis tíos y mis padres. Eso fue hace 37 años y desde entonces siempre he practicado deportes relacionados con la montaña.
Pues sí que se nota y motiva compartir esta afición con la pareja, por lo menos en nuestro caso. Estos últimos 11 años han sido muy intensos en viajes, escaladas, aventuras y en sufrimientos. Al estar juntos, muchos de los viajes los hemos planificado en el día a día o en el transcurso de otros viajes; poco a poco los vamos madurando y luego dan lugar a nuestras “pequeñas aventuras”. Así, aunque estemos mucho tiempo juntos no nos da tiempo a aburrirnos... Seguimos planificando nuevos retos.
Imaginamos que vuestros viajes para escalar montañas en diferentes rincones del mundo os ocuparán buena parte de vuestras vacaciones o tiempo libre. ¿Cómo planificáis esos viajes?
Pues la verdad es que algunas expediciones han sido una locura, Isa tenía que pedir permisos especiales y yo he tenido que ir a currar sábados o festivos, así que alguna expedición la hemos confirmado a un mes de la salida. Sí es verdad que intento aprovechar al máximo los viajes, un ejemplo es cuando vine de Alaska; llegué al aeropuerto de Sondika a las 12 del mediodía y a las 2 de la tarde estaba fichando en el trabajo con un bocadillo que me había llevado mi ama al aeropuerto.
Tal y como dice el título de vuestro blog, Isa y Rober por el mundo, nos consta que los dos habéis recorrido medio mundo escalando diferentes montañas de diferentes alturas. ¿Hay algún viaje o alguna montaña que tengas en la memoria por haber sido especial?
Un viaje podría ser las Navidades que pasamos en Uganda viendo los gorilas de montaña y escalando en el Rwenzori. Una montaña... en mi cabeza muchísimas, pero una expedición que será inolvidable fue cuando ascendí el Khan Tengri y el Pobeda en el 2005.
¿Cómo influyen las condiciones meteorológicas en las grandes cimas? ¿Hasta qué punto pueden condicionar una ascensión?
El tiempo es fundamental. Hoy en día todo el mundo está esperando en el campamento base al parte meteorológico para los próximos días. Si es bueno puedes intentarlo, pero si no, no tienes nada que hacer. Puedes haber entrenado mucho y estar muy fuerte, pero si no hay una ventana de buen tiempo, te vuelves para casa sin la guinda de la cumbre. Eso nos pasó en el Makalu. Íbamos muy bien para cumbre los dos juntos, a las 8 de la mañana estábamos en la arista a 8.400 m. de altura y se levantaron vientos de 60 a 80km/h.; no éramos capaces de ponernos de pie y nos tuvimos que dar la vuelta viendo la cumbre ahí mismo.
Pero habiendo ascendido 8.400 m. del Makalu se puede decir que ese ocho mil es vuestro, ¿no? ¿O resulta imprescindible hacer cima para que uno se quede plenamente realizado?
Para el objetivo de los 14 ochomiles, hasta que no estás en la cumbre no se puede decir que lo has ascendido. Para ti mismo puedes decir que conoces la montaña casi entera, así que personalmente no volvería a pagar un permiso tan caro cuando hay tantas montañas en el mundo que todavía no he ido y no conozco; otra cosa es que una determinada te apetezca ascenderla y vuelvas otra vez.
¿Qué soléis comer y beber a esas alturas?
La verdad es que cada vez menos; ahora preferimos pasar un poco de hambre y subir con menos peso que llevar muchas cosas en la mochila que luego ni pruebas. Lo que casi siempre llevamos son embutidos, sopas, té, barritas, ensaladillas.
En la entrevista a Isa, nos llamó mucho la atención cuando nos dijo que no nos imaginábamos lo difícil que es hacer cualquier cosa a ocho mil metros de altitud. Cuéntanos qué es lo que resulta más complicado de hacer.
Para mí lo más duro es llegar con todo tu material a la espalda y tener que hacer la plataforma y montar la tienda. Otra cosa que aunque no es agotadora físicamente se hace muy dura es estar fundiendo agua el resto del día para hidratarse. Por eso yo siempre he dicho que hay mucha diferencia en llevar o no llevar sherpa de altura.
No es que no nos guste, sino que siempre nos ha gustado hacer las montañas lo más limpio posible, este es el gran motivo. También coger un sherpa supone bastante dinero extra que nosotros no nos podemos permitir, ya que la mayoría de la expedición la pagamos de nuestro bolsillo.
Y, no sé si tiene más o menos valor, pero lo que sí es seguro es que es bastante más fácil conseguirlo con estas ayudas. Te voy a poner un ejemplo muy sencillo: este año han hecho el Everest con oxígeno y sherpas más de 500 personas, y sin oxígeno 4. Y éstos eran grandes alpinistas y conocedores del Himalaya. Si además no llevas sherpa de altura todavía se nota más, imagínate el día que vas a subir al C3 o al C4 la diferencia de ir con 15 kilos a ir con 3 kilos, por ejemplo. Eso supone un esfuerzo extra que el día de ataque a cumbre te puede pasar factura.
Eso es algo que nos llama mucho la atención. Recientemente un alpinista profesional hablaba de “atasco en el Everest”, refiriéndose a la gran cantidad de gente que lo asciende, ayudados por sherpas y personal más cualificado. ¿Crees que tal vez se está desvirtuando un poco el alpinismo? ¿No es exagerado que ascensiones tan exigentes se hagan casi como si fueran excursiones de turistas?
Se han desvirtuado algunas montañas, pero no el alpinismo en general. Hay muchos alpinistas que siguen haciendo cosas muy interesantes en las montañas y dignas de admiración. Cada uno tiene que decidir cómo quiere trabajar, disfrutar y vivir la montaña. Yo sé cómo las intentamos hacer nosotros y respeto la manera de hacerlo de otras personas, aunque no esté de acuerdo con ello.
En una entrevista tuya leímos que para ascender una gran cumbre tienes que estar bien preparado psicológicamente, ya que hay veces que tienes que pasar siete veces por el mismo sitio. ¿Nos puedes explicar un poco por qué sucede eso?
A partir de los 4.000 m., más o menos, necesitas aclimatar. Para ello hay que subir y bajar de altitud varias veces, para que el cuerpo se vaya acostumbrando. También se aprovecha para ir montando los campos de altura C1, C2, C3 y C4 y dejarlos abastecidos de material y comida; es por esto por lo que tienes que pasar varias veces por el mismo sitio. Es muy importante hacer las puntas de aclimatación, ya que como no aclimates bien tienes muy pocas opciones de hacer cumbre.
Nos consta que has vivido momentos muy especiales, pero también momentos difíciles en la montaña. ¿Al final uno se queda sólo con lo positivo, o los momentos difíciles también cambian la manera de plantearse nuevos retos?
La verdad es que cada viaje es como vivir una pequeña vida. Cada montaña te deja unos recuerdos, algunos positivos, otros negativos. Lo que hay que hacer es aprender de los negativos y disfrutar de los positivos. Está claro que si el negativo es una lesión fuerte o la muerte de un amigo, tu cabeza cambia (y mucho) los nuevos retos y la forma de concebir la vida. Pero la vida es así, en todas las facetas.
Aparte del montañismo sabemos que practicas también la escalada. ¿Cuál de las dos disciplinas supone más sacrificio? ¿Con cuál disfrutas más?
Cada una tiene su parte de sacrificio; una exige más trabajo de fuerza y constancia, como la escalada, y la otra más trabajo aeróbico. De todas maneras, el sacrificio se compensa con creces con la satisfacción que sientes al realizarlo. Me gustan las dos disciplinas porque están relacionadas con la naturaleza, pero la escalada y sobre todo la escalada alpina me ha llenado muchísimo, especialmente estos últimos 11 años escalando con Isabel de cordada.
Cuando entrevistamos a Isa le pedimos que nos recomendara una excursión en alguna montaña de su tierra, y nos habló del Collado Jermoso. ¿Cuál nos recomiendas tú?
Aquí en el País Vasco una que me parece muy bonita es subir desde Atxarte hasta el Alluitz, luego recorrer la arista hasta el Amboto, con el Paso del Diablo en medio, y por último bajar de nuevo hasta Atxarte por la Fuente del Pol-pol.
Aunque otra que me gusta mucho es la arista desde el Madejuno hasta el Llambrión (Picos de Europa), y dormir a la vuelta en Cabaña Verónica, aunque desde que nos abandonó su guarda (Mariano Sánchez) ya no es lo mismo para nosotros.
¿Cuál es tu modelo de calcetín MUND favorito?
Son muchos los que me gustan, pero para montaña me quedaría con el modelo Pamir y para correr el modelo Ultra Raid.
Nada más, Rober. Muchas gracias por participar en el blog de MUND y esperamos que tanto Isa como tú volváis pronto a la montaña con nuevos retos.
Menuda trayectoria la de Rober e Isa... ascensiones de todo tipo. Envidia sana!!
ResponderEliminarMedio mundo se han recorrido. Dos campeones y dos amigos de MUND. Gracias por comentar, saludos para el Proyecto Exea!
EliminarCreo que Isa tiene muchas ventajas al compartir con Roberto sus aficiones porque de esa forma le ve mucho más y están juntos allá donde vayan. He oído el testimonio de muchas chicas quejándose de lo poco que ven a sus novios, compañeros o maridos porque se van a hacer escalada o montañismo lejos.
ResponderEliminarUn saludo
Pues sí, compartir tu máxima afición con tu pareja yo también creo que es una gran ventaja, sobre todo cuando esa afición implica planificar viajes largos, como las expediciones que hacen Isa y Rober para atacar montañas altas y lejanas.
ResponderEliminarGracias por comentar, Carmen. Un saludo!
Tienes razón.. impresionantes imágenes.. Madre mía esa tortuga ya la quisiera yo para afotar.. jaja Aunque mi pasión es la fauna siempre me queda un tiempo para admirar y fotografiar la belleza de nuestra querida Tierra.. Un cordial saludo..
ResponderEliminarLa tortuga es impresionante, me pregunto cuánto podrá pesar ese bicho. Nosotros somos grandes amantes de la naturaleza, así que estaremos muy pendientes de tu blog y de tus fotos. Gracias por comentar, Ana. Un saludo!
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