martes, 26 de mayo de 2015

Entrenando la velocidad

Independientemente de que un deportista practique o no una disciplina de velocidad en carrera, es muy interesante que la velocidad se trabaje en algunos entrenamientos, pues se obtendrán beneficios físicos de ello. Bien trabajada y bien entrenada la velocidad mejorará la carrera y la zancada del deportista, y además permitirá introducir variantes en las sesiones de entrenamientos, lo cual ayuda a salir de la rutina y a divertirse un poco más al entrenar. 



Algunas ventajas de trabajar la velocidad

Los entrenamientos enfocados en trabajar la velocidad son más intensos y exigen un mayor esfuerzo físico, lo cual conlleva a su vez un mayor desgaste calórico. Se queman más grasas y calorías, y esto trae de la mano una reducción de riesgos de enfermedades cardíacas a largo plazo. También se trabajan más los músculos, lo cual provoca que éstos se fortalezcan y endurezcan: la masa muscular del atleta mejora y los músculos se hacen más resistentes. Otro beneficio que se obtiene de los entrenamientos que trabajan la velocidad es que el ácido láctico se aclara en los músculos, lo cual implica que se retrasa el proceso de fatiga y se reduce el riesgo de lesión del deportista.



Manos a la obra

Para entrenar la velocidad el deportista debe tener primero una base de entrenamiento en carrera, de otra forma el cuerpo podría resentirse con alguna lesión muscular. Asimismo, se debe contar con una buena forma física y usar unas zapatillas de calidad y específicamente diseñadas para ejercitar la carrera. Es importante darse cuenta de que en este tipo de entrenamiento las articulaciones son más exigidas, por lo tanto las zapatillas deberán estar bien preparadas para soportar el impacto al que son sometidas: si no lo están, será nuestro cuerpo el que se resienta. Algunos entrenamientos interesantes son las series (se pueden plantear diferentes series de velocidad, algunas cortas y explosivas y otras más largas y ligeras), el fartlek (alternando distancias y velocidades, con diferentes cambios de ritmo durante la sesión), o las cuestas (muy interesantes para trabajar los músculos de las piernas y la aceleración en carrera).



Una gran recompensa

Aunque al principio pueda implicar un trabajo extra, introducir la velocidad en los entrenamientos del deportista traerá recompensa en un plazo medio de tiempo. Correr más rápido y con menos esfuerzo, recuperarse mejor, tener menos problemas musculares, sufrir menos molestias, obtener mejores marcas: todos estos beneficios se pueden obtener poniendo la velocidad en los entrenamientos. ¡Y además habrá nuevos retos a la hora de entrenar!

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