Comenzamos MUND en el mundo con Rusia. ¿Qué se puede decir de este inmenso país, tan increíble y asombroso como inabarcable? Su territorio ocupa una sexta parte de todo el planeta, con una extensión de más de 17 millones de km2, por lo que si queréis conocerlo bien vais a tener que programar varios viajes. Desde hace años MUND exportamos calcetines a sus principales ciudades (como Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk, Ekaterinburg, Omsk, Nizhny Novgorod, Samara, Kazan, y un larguísimo etcétera con más de cien ciudades por toda Rusia).
Deportes como el esquí de fondo, el patinaje o el hockey son muy populares allí, pero los más practicados por los rusos siguen siendo el fútbol, el volleybal, el baloncesto y el atletismo, por este orden. Algunos de nuestros modelos de calcetines preferidos en Rusia son el Himalaya, Elbrus, Polar Circle o City Winter, por citar sólo cuatro. Rusia es un país cargado de historia, leyendas, cuentos populares y parajes maravillosos, pero en este post os proponemos un viaje cibernético por el metro de Moscú, un lugar apasionante que nos ha llamado muchísimo la atención por su incalculable patrimonio artístico y su sobrecogedora belleza. ¿Nos acompañáis?
El metro de Moscú
¿Os imagináis viajar por un metro en el que la mayoría de sus estaciones fueran obras de arte? ¿Y en el que el paseante pudiera contemplar joyas de la arquitectura, el arte y la decoración entre trayecto y trayecto? ¿Qué os parecería poder ver un gigantesco museo bajo tierra, para el cual sólo tendríais que sacar un billete de metro y recorrer sus estaciones?
Pues este es el caso del metro de Moscú, una joya arquitectónica inaugurada en 1935, que dispone de 185 estaciones y que es el primer metro del mundo en cuanto a densidad de viajeros se refiere. Debido a la belleza de su arquitectura se le conoce como el palacio subterráneo de Rusia; este apelativo no es exagerado en absoluto, ya que el planteamiento que se siguió durante su construcción fue diseñarlo como si de un museo viviente se tratara.
Y lo lograron; dan fé de ello los miles de turistas que recibe a diario. El precio del billete individual ronda los 25 rublos (al cambio es menos de un euro) por lo que visitarlo, además de toda una experiencia para la vista, resulta muy barato. Para su construcción se contaron con los mejores ingenieros, técnicos y arquitectos del país; para su decoración participaron los mejores artistas, y sus estaciones se decoraron con materiales preciosos (como diferentes clases de mármol, granito o rodonita).
A ellos se suman innumerables pinturas y esculturas, lámparas de araña, mosaicos, cerámicas y la conjugación de diferentes estilos arquitectónicos. En algunas de sus estaciones, además de la decoración se buscaba transmitir un significado, como la amistad con el pueblo bielorruso (estación de Belorusskaya), o el descanso de la juventud soviética en sus horas de ocio (estación de Parque de la Cultura). Obviamente las estaciones más modernas que se han ido construyendo se alejan del interés estético y buscan la funcionalidad antes que la belleza, pero son muchas las estaciones antiguas que deben visitarse por su valor artístico y su riqueza visual. Debido al gran número de estaciones con interés turístico resulta difícil seleccionar algunas, pero nosotros hemos destacado tres de ellas:
• Novoslabódskaya: con más de 30 vidrieras policromadas en su interior.
• Kíyevskaya: dedicada a la fraternidad entre el pueblo ruso y ucraniano, representada a través de importantes mosaicos.
• Komsomólskaya: considerada una de las más grandes e importantes, esta estación representa la lucha del pueblo soviético por su independencia y destaca especialmente por su impresionante decoración.
Para terminar, os queremos recomendar que visitéis esta página para ver espectaculares fotos panorámicas del metro de Moscú y detalles de su decoración.
Fuentes consultadas: Wikipedia y Rusiamia
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