Inauguramos con este post nuestra sección de MUND Entrevista. En esta sección entrevistaremos a gente relacionada con el mundo de la cultura, el deporte, la competición, la aventura... Con respecto a la entrevista de hoy, queríamos saber un poco más sobre nuestras raíces, conocer cuáles fueron los comienzos de la fabricación de calcetines en Pradoluengo, y para ello hemos tenido el placer de poder entrevistar a Juan José Martín García, Doctor en Historia por la Universidad de Burgos y profesor asociado de Historia Económica en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Burgos. Haremos dos entregas de la entrevista, la primera centrada en el nacimiento de esa industria textil y la segunda en su posterior evolución hasta la actualidad. Que disfrutéis.
Sabemos que has publicado varios libros sobre la industria textil en la
provincia de Burgos. Cuéntanos cuántos has publicado en total y qué libros son.
En total he publicado siete libros y una docena de artículos en revistas especializadas. De ellos, cuatro libros y cinco artículos se refieren a la industria textil, principalmente la de Pradoluengo desde su aparición en el siglo XVI hasta la actualidad. De este bagaje, destacaría el que me publicó la Junta de Castilla y León en su colección Estudios de Historia, titulado "La industria textil de Pradoluengo (1534-2007). La pervivencia de un núcleo industrial", que resume en 484 páginas mi tesis doctoral. En cuanto a los artículos, señalar que recientemente la revista Alcores me ha publicado uno que se refiere a la clase obrera pradoluenguina en época contemporánea.
Los orígenes de MUND tenemos que buscarlos en la tradición textil de
Pradoluengo, transmitida de familia en familia a lo largo de generaciones.
¿Qué papel dirías que ha tenido Pradoluengo en la industria textil española?
En sus orígenes, en torno al siglo XVI, Pradoluengo es un centro artesano más en su zona. Es en el siglo XVIII cuando empieza a especializarse en la fabricación de bayetas; esta especialización llevó a que Pradoluengo se convirtiese a lo largo del siglo XIX en el principal núcleo del norte español dedicado a la fabricación de bayetas. A finales de siglo este tejido sufre una fuerte crisis que la industria pradoluenguina solventó con la reconversión hacia boinas y fajas. Posteriormente se empiezan a fabricar calcetines, y Pradoluengo y Béjar quedan como los únicos núcleos textiles de la Castilla contemporánea. El siglo XX fue el de la especialización calcetera. En la actualidad se ha llegado a límites de supervivencia a causa de la globalización, que ha castigado muchísimo a este sector.
¿Qué factores crees que se dieron en Pradoluengo para que el pueblo se dedicase a esta actividad?
En primer lugar, la existencia de abundante materia prima: lana churra del país. En segundo, la corriente del Río de Pradoluengo, que posibilitaba el movimiento de batanes, hilaturas y tintes. En tercero, la existencia en las inmediaciones de tierra de batán, necesaria para el proceso de enfurtido de los paños y bayetas y, en cuarto, de mano de obra abundante a través del llamado sistema de adelantos o Verlag-System.
¿Pradoluengo es un caso aislado en la provincia de Burgos o hubo otras poblaciones que también se dedicaron a la industria textil?
Hubo industria textil en distintos momentos en localidades como Frías o Belorado pero, a partir del siglo XVIII, Pradoluengo despunta con claridad frente a las demás. En el siglo XIX, como hemos dicho, se puede decir que es la única población burgalesa verdaderamente industrial, no en vano, alrededor de 1849, más del 50% de los obreros industriales de toda la provincia trabajaban en Pradoluengo, una cifra realmente significativa.
¿Cómo valoras que una empresa como MUND exporte calcetines de Pradoluengo a todo el mundo y disponga de distribuidores en más de 50 países?
El ejemplo de MUND es gratamente sorprendente. Los fabricantes pradoluenguinos de los siglos XVIII y XIX transportaban a lomos de mulas o a través de arrieros sus producciones, principalmente hacia la Cornisa Cantábrica, Castilla y León y Madrid. Ya en el siglo XX, el ferrocarril ayudó a distribuir boinas y calcetines por toda España, pero siempre con grandes dificultades. Si nuestros antepasados levantasen la cabeza y viesen que en la actualidad, MUND exporta calcetines de Pradoluengo hasta el último rincón de la Tierra, no sé cómo reaccionarían, se quedarían boquiabiertos, pero lo que sí sé es que se sentirían realmente orgullosos, ya que su vida, su trabajo, se dedicó a eso.
Imaginamos que tus libros son fruto de horas y horas de muchísimo trabajo de investigación. ¿Nos puedes contar algún dato o alguna anécdota que encontraras investigando y que te sorprendiera o te llamara la atención especialmente?
Las fuentes son frías al respecto, pero siempre traslucen un espíritu de lucha y trabajo duro por parte de los pradoluenguinos. Aunque los documentos siempre hablan de cifras, ventas o compras, también se conocen algunas anécdotas. Por ejemplo, había un fabricante de boinas, llamado Roque de Miguel y conocido popularmente como Roquito. Su figura era de las llamadas en el pueblo como "típico", adornando cafés y tabernas con sus frases y chascarrillos. Una de las más recordadas es la siguiente. Decía Roquito: "Qué más da que boina se escriba con b o con v, el caso es que "haiga" pedidos".
Os emplazamos a la segunda parte de la entrevista en nuestro próximo post. ¡Permaneced atentos!
Muy interesante!enhorabuena!
ResponderEliminarGracias! Habrá entrevistas muy interesantes en el blog. ¡Estad atentos!
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