lunes, 12 de marzo de 2012

"China ganará la batalla textil si no cambiamos de parámetros"

Continuamos con la segunda y última parte de la entrevista a Juan José Martín García, profesor de Historia Económica de la Universidad de Burgos.

Sabemos que además de los libros que has publicado das clase en la
Universidad de Burgos sobre Historia Económica. ¿Te han sorprendido las dimensiones de esta crisis económica que atravesamos?

Sinceramente no. Y menos en el caso español. Me explico. En España hemos pasado en veinte años de contar con una economía en vías de desarrollo, a crear un gigante con pies de barro, basado en el sector de la construcción. Nos creímos los nuevos reyes Midas y estrujamos la gallina de los huevos de oro hasta que no dio más de sí. No reinvertimos ni en investigación, ni en desarrollo, ni en educación, ni en economía productiva. "De aquellos polvos, estos lodos".

¿Crees que esta época tan difícil que vivimos ahora servirá al menos para tomar nota a quienes corresponda y evitar que esto se repita en un futuro?
A pesar de que, por lo común, se piensa que la Historia no sirve para nada, debiéramos aprender y mucho de ella. Crisis como las del crack del 29, o los innumerables casos de desastres económicos acaecidos en España desde el siglo XVI hasta hoy, demuestran que conocer la Historia es fundamental para no repetir errores. Una mayor inversión en educación e I+D+i, es un factor fundamental para salir de la crisis. Sin embargo, nos empecinamos en lo contrario, recortando nuestros presupuestos en investigación y educación y añadiendo "albarda sobre albarda" a un tejido productivo sin incentivos. Para qué seguir.

¿En qué medida crees que la industria textil en Pradoluengo se ha visto afectada por esta crisis? ¿Cómo ves el futuro de la industria textil en la localidad?
En los últimos años la localidad no ha sabido diversificar su industria y la especialización en el calcetín no ha servido para que surgiesen otras vertientes. Si a ello añadimos la apertura de aranceles por parte de los burócratas europeos que han facilitado la entrada de confecciones asiáticas elaboradas en muchas ocasiones mediante mano de obra sin derechos laborales y con técnicas comerciales cercanas al dumping, la industria pradoluenguina ha sufrido como nunca un auténtico varapalo. Tan sólo una mayor especialización en producciones de calidad harán mantenerse a unas pocas firmas exclusivas.




¿Crees que es posible luchar contra el gigante asiático y sobrevivir a él?
Creo que la batalla está perdida si continuamos pensando con los parámetros del siglo XX. Quizás, lo único que le quede a Pradoluengo sea luchar por un nicho de calcetín de calidad, que sea referente en el campo deportivo y que sea sinónimo de profesionalidad. En cierta ocasión, haciendo una entrevista a un jamonero de Pradoluengo, éste me decía que los chinos nunca podrán hacer jamones como los de aquí por mucho que lo intenten. Pues bien, con nuestros calcetines ocurre lo mismo. Quizás ya no se puedan fabricar uno de cada cuatro calcetines españoles como se hacía en la década de 1980, pero con seguridad se elaborarán apreciadas prendas específicas.

¿Debemos deducir por tus palabras que en la década de los 80 Pradoluengo producía el 25% de los calcetines que se hacían en España?
Así es.

Para alguien que no conozca Pradoluengo, ¿cómo explicarías que un pueblo que no llega a los dos mil habitantes haya tenido esa trascendencia en la industria textil española?
Lo cierto es que la trascendencia la tuvo hace ya décadas. Es decir, la importancia relativa de la localidad como núcleo industrial ha ido languideciendo desde la década de 1940 hasta hoy. En el siglo XIX Pradoluengo fue uno de los "gallitos" de la industria lanera española y, durante la Guerra Civil, al ser uno de los pocos centros textiles en la zona franquista, tuvo un repunte espectacular de la producción, de más de un 300 por 100. Sin embargo, cuando acabó la contienda, otros centros importantes fueron relegando poco a poco a Pradoluengo. De poco le sirvió haber sido "fiel" al bando vencedor, ya que su tejido fabril quedó obsoleto y, como muchos pueblos de Castilla, más que recibir población, fue un auténtico vivero de emigración. Por eso, no es descabellado hablar de milagro cuando nos referimos a su industria textil, con más razón en 2012.

¿Hubo alguna época en la historia textil pradoluenguina en la que el
sector atravesara por una crisis como la que vivimos ahora?

Crisis siempre ha habido y muy fuertes. Ya hemos señalado la que acabó con las bayetas después de más de trescientos años fabricándolas. Con los calcetines se lleva menos tiempo, cien años, pero está claro que su supervivencia será un auténtico milagro. Quien pueda vivir de hacer calcetines en Pradoluengo en adelante, es porque realmente su producto será de gran calidad y merecerá la pena.

¿Sigues colaborando con el Diario de Burgos? ¿Qué tipo de colaboraciones haces?
Sigo colaborando con el Diario porque creo que si Pradoluengo no aparece en la prensa es como si no existiese. Lo cierto es que su relevancia a nivel provincial ha bajado, pero se pueden y se deben seguir expresando las capacidades y posibilidades que tiene. Además de informar sobre la actualidad municipal, sigo haciendo entrevistas a personajes destacados de la villa y de vez en cuando envío reportajes sobre historia, antropología y curiosidades de este rincón demandino.

Por último, te agradecemos que nos hayas dedicado tu tiempo con esta entrevista. ¿Quieres añadir algo más?
Nada más. Quien se debe mostrar agradecido soy yo por vuestra entrevista. Sólo quisiera añadir que deseo todos los éxitos comerciales y personales a la firma MUND, que sigue siendo un hito destacado para todo un pueblo y para sus más de quinientos años de Historia dedicados a la industria textil.

Haz clic aquí para ver la primera parte de esta entrevista.

9 comentarios:

  1. enhorabuena otra vez por esta interesantísima y sabia entrevista!

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    1. Gracias, vuestro post sobre la crisis textil también lo es, y además demuestra vuestro interés por apoyar el producto nacional. Un saludo

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  3. En Béjar sufrimos también la competencia China en nuestra maltrecha economía textil bejarana. De las 200 fábricas dedicadas a la producción textil lanera contabilizadas a mediados del siglo XIX, sólo subsisten unas 7 y se mantienen luchando siempre ante unos mercados demasiado globalizados. Aun con todo hay también que hacer referencia que Béjar, siendo un polo textil de gran importancia durante los siglo XIX y XX, se estancó demasiado especializándose en la pañería lanera (entre otras muchas causas), viendo con desesperaciçon la caída de la misma sobre todo a raíz de la crisis del año 73. Felicidades por este gran artículo de Juan José.
    Saludos

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  4. Por cierto, con Pradoluengo Béjar tuvo relación comercial e industrial a lo largo de su historia. Recuerdo haber visto en la biblioteca un magnífico estudio de este centro textil de la provincia de Burgos.
    Saludos

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    1. Gracias por tus comentarios Carmen, sabía de la importancia de Béjar como productor textil, pero no conocía su relación comercial con Pradoluengo. A ver si Juanjo puede comentarnos algo. Un saludo!

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    2. Juan José Martín García20 de marzo de 2012, 12:17

      Lo cierto es que no hubo mucha relación comercial "directa" entre Béjar y Pradoluengo, ya que cada enclave se dedicó a un producto específico dentro de la industria lanera. Eso sí, los dos se parecen mucho, con una situación geográfica similar, encajonados, aprovechando los cursos de agua para el movimiento de batanes e hilaturas y disponiendo de materia prima abundante. Sí que hubo cierta relación cuando las hilaturas empezaron a fracasar en ambas localidades. Por ejemplo, hasta Béjar se llevaban en los años noventa, todos los sábados, un camión lleno de hilo fabricado en la Hilatura de Ochoa, que en la actualidad se está reconvirtiendo en un museo. Para la industria de Béjar son fundamentales los trabajos de Rosa Ros Massana, también publicados por la Junta de Castilla y León. Gracias a Carmen de Béjar por interesarse por la industria textil castellana, una desconocida para el gran público, pero que fue realmente importante. Saludos. Juan José Martín García.

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    3. Es curioso porque últimamente he estado consultando los documentos relativos a la contabilidad de una fábrica textil bejarana, la de Gosálvez, que tuvo cierta relación con Pradoluengo (además de con otros centros fabriles castellanos como Santa María del Berrocal en Ávila o Palencia). Me alegro mucho de que se estén conservando y recuperando los edificios fabriles pradoluenguinos. En Béjar se está acondicionando un antiguo edificio de tintes, el Tinte de Gilart (imaginarás que era catalán), para instalar el Museo de la Industria Textil. El proceso es lento, sobre todo en estos momentos de crisis, pero esperemos que siga adelante. Saludos

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